En el matrimonio hay que escoger entre tener la razón y ser feliz.
Te voy a desvelar el secreto de un matrimonio exitoso.
El ser humano tiene un impulso desmedido que lo lleva a querer tener siempre la razón.
Es un impulso a ser dueños de la verdad. En épocas pasadas se llamaba soberbia.
Pero, en las relaciones humanas, es IMPOSIBLE estar 100% en lo correcto y que el otro esté 100% equivocado.
Si no tengo 100% de razón significa que en cierta medida no la tengo.
Cuando discutimos por cualquier motivo ambos hemos contribuido al problema:
estamos parcialmente correctos y, TAMBIÉN, parcialmente equivocados…
Por tanto, la batalla por tener la razón es imposible ganarla: es totalmente inútil.
Pero entonces, ¿qué es lo útil en los conflictos?
Aceptar 3 realidades:
REALIDAD #1: no todos los conflictos tienen solución.
Los conflictos que provienen de diferencias de personalidad no se pueden resolver por la via de que uno gane (logre probar que tiene la razón) y el otro pierda (admita que no tiene la razón).
REALIDAD #2: Yo no puedo cambiar al otro argumentando que yo tengo la razón.
Es posible INFLUIR sobre el otro, pero es imposible cambiarlo.
Especialmente, no es posible cambiar a nadie por las malas, peleando, regañando y predicando.
REALIDAD #3: La única manera de influir sobre el otro es CAMBIAR YO.
Los conflictos en el matrimonio solo se pueden resolver a través de la comprensión y la aceptación.
Es decir, YO comprendo y acepto primero.
Una vez que el otro se siente comprendido y aceptado, puede abrirse a aceptar mi influencia.